Escrita en noviembre de 2023.
Primer año sin ella.
La Maru canturreaba despreocupada,
allá en su nueva morada.
Su casita en un cerrito estaba,
que siempre verde se miraba.
Al ver el calendario se dio cuenta
que su fecha favorita estaba a la vuelta.
Rápido tomó su cafesito
y a la Parca, pegó sendo grito:
¡A ver, usted huesuda!
Apúrese no sea conchuda,
que largo viaje hay que emprender
para así a mi escuinla poder ver.
Marusch con sus mejores galas
hizo el viaje sin escalas.
La Muerte refunfuñaba
mientras Maru a lo lejos la miraba.
"órale, Parquita, ¿no que muy chipocluda?
Y se reía del jadeo de la Huesuda.
Primero visitaron la escuela.
Miraron y entraron con cautela.
Una botella de tequila había,
!Ay que rico!¡Qué alegría!
La Maru un trago le pegó
y luego de ahí se marchó.
Después fue a la Dirección,
pues extrañaba su gloriosa institución.
Un tamalito se encontró
y se pegó tremendo comilón.
pues cruzar el charco le quedaba
para reunirse con su escuincla amada.
Una vez en en las Europas
vió algunas construcciones barrocas.
Después el bosque cruzó
y a Artieda llegó.
Ahí admiró la ofrenda
y se comió una buena merienda.
Llegó la hora de bailar
y al Hombre no dudó en sacar.
Natalia con la Parca bailaba
mientras el Hombre vueltas daba.
Toda la noche bailando
se terminaron todas cansando.
La hora era de partir
y se tenían que despedir.
Largo abrazo se dieron
y con un beso se despidieron.
¡El siguiente años nos vemos
y unos merengues bailaremos!
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