agosto 2011 | .-.Crazy Sugar.-.

Tras haber visitado los Valles Centrales y la Sierra Sur Oaxaqueña nos dirigimos a la costa chica. El camino fue un poco tortuoso, por las curvas yo iba mareadísima y no pude apreciar lo bonito del camino. Pasaron tres horas que se me hicieron como 6 por el mareo y el conductor que no paraba de hablar por el radio como merolico con sus compas del camino.

Vista desde la Cabaña en Lo Cósmico

Es increíble como los lugareños quieren aprovecharse de los turistas. Al bajarnos de la camioneta en Pochutla un señor nos abordó para que tomaramos su taxi, cuando le dijimos que tomaríamos un colectivo nos respondió que tendríamos que caminar como 20 minutos (hacía un calor endemoniado y eso sonaba espantoso) y luego tomar una camioneta y luego otra, entonces el señor merolico de la camioneta intervino diciéndonos que no era cierto y continuó con indicaciones para llegar a Zipolite con menos de $20 por persona. Nos dimos la vuelta y dejamos al señor merolico vérselas con el taxista enfurruñado por quitarle los clientes.

Llegamos a Zipolite sin mayor contratiempo, platicamos aproximadamente 10 minutos con el dueño de "Lo Cósmico" y pasamos a nuestra cabaña. Durante los 8 días que estuvimos en esa playa descansamos del trajín de la parte anterior del viaje.

Comal en Doña Rosa, YUUUUM!

Casi desde el día que llegamos descubrimos un lugarcillo donde comer barato y muy rico. Nos enamoró tanto el sabor que casi diario acudíamos a desayunar a "Tía Rosa". Fue así como hicimos migas con Doña Rosa, Katy, Valentín (mejor conocido como Pando) y Chello. Fue con Valentín y Chello con quienes más convivimos, hasta nos invitaron a su casa para que bajaramos cocos, nos recomendaron varios lugares para visitar, no sin antes prevenirnos de no ir muy tarde y no llevar muchas cosas pues es sabido que algunas personas gustan de robar y molestar a los no lugareños. Fue por esta razón que un día Valentín nos acompañó a un lugar llamado "El Chiflón". Tuvimos que caminar como una hora para llegar y descubrir entre las rocas pozas con agua de mar que albergaban un sinnúmero de caracoles, algas, cangrejos y demás fauna semi-acuática.

Una grata sorpresa que nos llevamos en Zipolite fue que encontramos de nuevo a Ori y a Naama, nuestros amigos israelíes de la primera parte del viaje. Con ellos fuimos aun paseo en lancha en el cual vimos delfines, una tortuga y snorkeleamos de lo lindo.

Después de la lancha

Cuando terminó el tiempo que habíamos pagado en Zipolite nos movimos a Mazunte y nos hospedamos dos noches en "La Casa de María" unas cabañas divinas camino a Punta Cometa pertenecientes a un ex columnista de Excelsior.

Llegamos a Mermejita una playa encantadora y vacía. El lugar donde nos hospedamos estaba divino y a sólo 3 pasos de la playa. Además de nosotros no había nadie hospedado en el lugar... bueno... Estaba Tuto pero no puede decirse que estaba alojado ahí pues estaba trabajando para el dueño de las habitaciones. Tuto nos acompañó todos esos días, quedó maravillado con los aros y nos preguntó cómo hacer uno para su hija.

Con él cocinamos un par de días y al ver lo bien que lo hacemos (carita presumida) nos dijo: quédense unos días más, yo les pago la estancia!

Tuto y su agua de papaya

Llegamos a Puerto Escondido. Al principio hubo arrepentimiento, pues Puerto es una ciudad enoooorme y nos sentíamos más en el D.f. que en la playa. Nos hospedamos en unos departamentos bonitos propiedad de una señora super amable y chilanga. Cuando visitamos Zicatela estuvo maravilloso, fue sorprendente ver olas tan perfectas y enormes danzando a unos metros de nosotros. Otra cosa que me gusto y que nunca había visto fueron unas líneas en el mar que se levantan por por el choque de las corrientes.

Entre las cosas que el viaje me dejó están el gusto por conocer personas de diferentes partes del mundo y la certeza de que la vida es para viajar. Considero los viajes la mejor inversión.