Ya tiene un rato que quería escribir en mi blog, sólo que han pasado muchas cosas que me han impedido hacerlo y una de ellas es la lentitud de mi compu, a la cual ya le urge una formateada, pero bueno, hoy al fin me he decidido a que esta entrada debe ser escrita :)
La escuela
La escuela
El miércoles pasado empezaron mis exámenes y el martes terminan, hasta ahora todo ha ido bien, aunque en panadería y cocina mexicana saqué un feo 8 =( pero bueno hay que amasar mejor.
La tipa nueva me resulta cada vez más molesta, ella y su séquito de cafés (sin ofender) se la pasan molestando en la clase, no paran de hablar y de decir estupidez y media, y luegoooooooo parecen de 6° de primaria riéndose de todo porque a todo le encuentran doble sentido.. ush! Fuera de esos 3, a veces 4, los demás me caen bastante bien.
Acapulco
Realmente ésta era la parte a la que quería llegar.
Como el viaje de Oaxaca no fue precisament elo mejor del mundo, mi chico y yo decidimos irnos a Acapulco. Él tiene un tío que tiene un departamento en Punta Diamante y se lo pedimos para irnos de viernes a lunes y por fin irnos de merecidas vacaciones aunque fuera por poco tiempo.
El viernes salimos de la escuela y vinimos a mi casa a recoger las maletas, de ahí pasamos a la casa del tío por las llaves, las recogimos creyendo que el camión salía a las 3:15 de la terminal de tasqueña. Había mucho tránsito y tuvimos que tomar un taxi, estuvimos poco tiempo en él y nos tuvimos que bajar por el tránsito que había. Mejor tomamos el tren ligero.
Llegamos corriendo como siempre a la terminal y oh sorpresa! el camión salió a las 3:00 (cabe mencionar que llegamos más tarde de las 3:15 anyway). El siguiente camión estaba programado a las 6 y algo así que nos compramos unos esquites y unas papas afuera de la terminal, esperamos un rato y como el tiempo pasaba muy lento, caminamos por ahí y estuvimos sentados en la banca de un parquesito, después fuimos a un cafesito donde se hizo más amena la espera.
El trayecto estuvo leve porque como ya era medio de noche, la penumbra y el "ronroneo" del camión hicieron magia en mí haciendo que despertara casi hasta la terminal de Acapulco.
Cuando nos bajamos estaba lloviendo mucho y nosotros teníamos que pasar a super. Mi chico (qué bonito se siente decir eso ^^) hizo un trato muy bueno con un taxista que estaba afuera de la terminal:$150 por llevarnos al super, esperarnos afuera y subirnos al depa. Para la hora y lo que llovía se me hizo justo, nos subimos.
Por suerte el super aún no cerraba (eran las 11 y algo), nos armamos de provisiones y subimos. El departamento es hermoso aunque por la oscuridad no pude disfrutar de la vista sino hasta el otro día =)
Al día siguiente nadamos en la alberca, y nos fuimos al club de playa cargados con boogie boards. Estuvimos como 4 horas montando olas :D terminé con dolor muscular en la espalda, pero re aprendí a salir con las olas =).
El domingo estuvo programado ir a Pie de la Cuesta. Preguntamos a los empleados cómo llegar en camiones y eso. (Donde estábamos era una zona super chic donde todo mundo trae coche, es más, no te dejan bajar al club de playa caminando ni nada). El trayecto duró como 2 horas y media desde que salmos del departamento hasta que llegamos al restaurantsito donde comimos. No había casi nada de gente, de hecho, sólo compartimos el restauranstito con una familia poco tiempo.
En Pie de la Cuesta no te puedes meter tanto al mar porque si entras mucho ya no sales a menos de que seas lugareño y si no lo eres tardas como mil horas en hacerlo. Estuvimos un buen rato y en ese rato las olas me tomaron desprevenida un par de veces revolcándome de lo lindo, mi chico no paraba de reir.
Luego llegó un señor a preguntarnos nuestros nombres y preguntamos para qué pero no nos quiso decir, de repente llegó con una concha horrible que decía nuestros nombres y estuvo insistiendo tanto en que la compraramos que cedimos por pena a decirle que no. Entramos al mar de nuevo.
El objetivo de ir a Pie de la Cuesta, aparte del de ir a comer, era el de ver la puesta del sol, cosa que no pudimos hacer pues se nubló. Pero fue un espectáculo maravilloso, ver la tormenta en el mar. Nos metimos un rato y la lluvia llegó a donde nosotros. Las gotas caían con tal fuerza en la arena que la levantaba y hacía que las piernas quemaran. Nos refugiamos en el techito y esperamos a que la tormenta amainara. Fue precioso, el mar estaba picaod y parecía que de él salía corriendo una manada de elefantes. Ya era hora de h uir pues el camino era largo así que le preguntamos al mesero cómo salir y llegar hasta punta, HASTA ALLÁ?! sí.
Salimos a esperar un camión que según pasaba y nunca pasó, y ahí unos borrachitos le hicieron la platica a mi chico diciéndole no sé qué y él se confundió. Nos subimos a un taxi colectivo que se fue por callecitas horribles y yo estaba incómoda por la humedad y un poco nerviosa. Después de que dejamos al pasajero que venía, el taxista nos empezó a hacer la plática y eso nos calmó.
Nos dejó en plena tormenta en la parada del otro taxi que teníamos que tomar. Ese taxi se tardó mil años en pasar y nosotros abajo de un techito esperando. Juro que nunca he visto una inundación tan horrible, en lugar de Acapulco parecía Xoxhimilco.
El trayecto en el segundo taxi fue largo y tortuoso, yo traía una falda y no cubría el asiento que estaba húmedo de quién sabe quién, PUAJ!!!! Bajándonos de ese taxi yo moría de ganas de ir al baño, ya saben, toda el agua que uno ve y eso, lo bueno es que había una gas cerca y ahí fue mi salvación, de verdad que ya no aguantaba un minuto más. Bucamos otro taxi que ya no podía ser colectivo y nos llevó con aire acondicionado al mil hasta el depa. Salimos del restaurante a las 9 y llegamos al depto a las 12 y algo, mojados hasta lo más íntimo de nuestros seres, llegamos a la ducha.
Lunes: teníamos programado salir a las 3:00 de nuevo pero como siempre, nos quedamos dormidos y llegamos a la terminal terminal tarde, yo sólo vi el camión que decía México salir... =( dos horas esperando en burger king porque lo único para lo que nos alcanzaba eran unas papas chicas.
Por desgracia olvidamos la cámara y el único recuerdo tangible que quedó del viaje fue la concha que mi chico arruinó con sus dedotes.
canción recomendada: Guayaquil City- Mano negra